sábado, 10 de diciembre de 2011

Silencio



   
"El silencio es el ruido más fuerte, quizá el más fuerte de los ruidos."  
                                       Miles Davis 

             Por más que afiné mis cuerdas,por más que temple mis nervios, que estudie cada detalle de cada melodía. Todo sigue sonando a vacío…fuera de tono… fuera de tiempo.
             Me siento una vez mas condenado al silencio. A sentir que por muy grande que sea el verso, lo que representa, los versos son sólo eso..versos.                                                  

domingo, 9 de octubre de 2011

Rapsodias

Rapsodia en Fa Mayor

      Sus manos  se movían en compases de dos por cuatro, besos a medios tiempos a un ritmo de 80 BPM…Puro blues,puro jazz… Tocaba  preciosas armonías masajeando su espalda, besando sus manos, acariciando su pelo..

      Se aceleraba su ritmo, latidos que sonaban como compases de tres por cuatro con una cadencia vertiginosa. Una sinfonía  en "crescendo" entre dos cuerpos que se dejan llevar por redondas y corcheas.

      Tercer movimiento que acaba con suspiros y marcas en el cuello. Silencio de redonda… dos ojos que se buscan entre sábanas  descansan reposando la mirada el uno en el otro.

 

 Rapsodia en Fa menor (continuación)

 

   Nos invadió la nada. Huían sus miradas, miradas que hace tan poco se perdían una en la otra..tan lento. Y ahora no podían ni cruzarse.

   Se habían querido tanto que ya solo les quedaba odiarse de una forma visceral y directa. La habitación ardía a su alrededor y allí permanecían, en silencio, de nuevo, como tanto tiempo habían permanecido, como tristemente parece que era la única forma en la que sabían relacionarse.

    Podrían haber escapado de allí simplemente con un lo siento, un gesto, un millón de cosas que antes eran naturales entre ellos. Pero ahora, solo conocían el dolor y la tristeza… y allí quedaron… sepultados entre restos de ceniza, sin siquiera luchar por su vida.. y es que estaban tan heridos que no intentaron ni por seguir luchando.

   Silencio de Redonda...

jueves, 29 de septiembre de 2011

Un millón de primeras veces

("No todo está condenado en esta vida a ser trágico", hoy como excepción, un texto con una temática distinta, para ilustrar esta afirmación)

     Tenía apenas cuatro años y se tambaleaba mucho al caminar con sus pequeñas piernas. Inocente, armada con un par de crayones de color verde, su color favorito, la pequeña Brisa, papel en mano, se dispuso a escribir su declaración de intenciones, las normas que regirían su vida desde ese momento en adelante.

     Colocó el papel encima de la mesa del salón ,tapando con la mano derecha escribió con letras enormes y en mayúscula: "¡CADA VEZ SERÁ LA PRIMERA VEZ!",.

     Así creció hasta la adolescencia, cada vez que escuchaba una canción era la primera, y se sorprendía como tal, aunque la hubiera escuchado un millón de veces. Cada beso fue su primer beso, cada amor tan especial, tan único, como solo puede serlo el primero...

     Y que feliz que creció, pasó su adolescencia siempre con una sonrisa en la cara, había veces que se pasaba tardes llorando de pura alegría, ya que recolectó cada libro, cada poema, cada disco, que al escucharlo, por primera vez por supuesto, la hicieron llorar de la emoción.

     Un día estaba sentada bajo un árbol desojando una margarita, juego que acababa de descubrir(otra vez mas) y que le parecía de lo mas divertido. Entonces alzó la vista y lo vio, el flechazo fue inmediato, sólo que aquella vez pasó algo distinto, no alcanzaba a saber el que..

     Se conocieron. Él se llamaba Mattia , como le gustaba ese nombre. Pasaban horas juntos, a ella él le encantaba, aun así, no sabía porque… pero sentía algo raro, algo distinto con él...

     Una noche, Mattia decidió declarársele por fin, se inclinó sobre ella ,y rodeandola con sus brazos la besó. En ese momento Brisa se dio cuenta de que era lo que le pasaba, lo que le pasaba con Mattia. Se dio cuenta que la primera vez que lo vio, no era la primera vez que volvía a enamorarse, sino que era la última… y descubrió en ese momento que, ése… era su último primer beso.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Árboles de Neón

    Al caer la noche allí seguía sentado, en su pequeño oasis, ajeno al mundo, al ruido, al dolor que rodea cada cosa buena que existe y nos hace tan miserables . No podía más que sentir envidia por cada palabra que nunca podría ser suya, por sentimientos que parecían robados a punta de pistola.

   Recordaba paseos bajo árboles de neón en cielos de tonos rosáceos, la sonrisa de unos labios manchados con carmín rojo, el tacto de su mano al acariciarle la cara, recuerdos que pasan como escenas de películas una tras otra, sin ningún tipo de contexto.

   Sus seis cuerdas podían expresar más que cualquier palabra, sus diez dedos cargaban con más dolor que cualquier otra persona. Juntos tenían el poder de parar el tiempo, juntos podían hacerse olvidar lo miserable que era todo. Ojalá hubiera sido todo igual con ella…

   Apuró su cigarro, marcó su número… y de nuevo nada, no se atrevió a llamar. Soltó su móvil para darle otro sorbo a su copa.. cerró los ojos y durante un segundo...solo durante un segundo... un segundo largo como una eternidad, en el que por fin encontró algo de paz.

    Pero su paz fue interrumpida, algo empezó a vibrar sobre la mesa, sacándolo de su trance, eterno, que no quería que acabara, pero que sólo duro eso, una eternidad, un segundo...

    Miró a la mesa, quería saber que era eso que lo perturbaba, y entonces se fijó atónito... tenia una llamada...

Gris y Rojo

.Gris.

     Y todo mi mundo de color gris, un cielo gris, casas grises, niños que corren en tonos grisáceos y cantan canciones sin ningún tipo de armonía, sin ningún tipo de letra.
     El gris de un corazón que ni sufre ni goza. de sentimientos que parecen lejanos, casi olvidados, 
un gris de tranquilidad, de calma.
     Gris de sueños que se diluyen entre pensamientos, pensamientos sin ningún tipo de trasfondo, sin ningún tipo de ilusión.

   Y de repente rojo, rojo de tus labios pintados, rojo de mi tranquilidad desapareciendo.
Rojo color sangre ahuyentando mi calma… 
sacando una sonrisa de corazón, que torna en rojo…rojo de felicidad…rojo de miedo.

Se ha convertido mi mundo en rojo, un rojo ya olvidado, un rojo al que temo... un rojo al que amo.

.Rojo.

   Toca despertar... volver a los orígenes... a lo peor de mi... porque no te puede molestar algo que ya no te importa, y ahora solo siento dolor, asco al rojo.


La orquesta tocaba Moon River..

   
   

       Y mientras tocas, con el mundo parado
  a tu alrededor, todo suena tan alto, tan claro, 
  con tanta rabia.. que al final cuando acabas 
  ya no recuerdas ni para quien tocabas.

      Sonríes por inercia,pero lo cambiarías  
 todo por  un solo segundo de silencio.                                                        






A ritmo de Blues

    Cuando la ví entrar por la puerta por primera vez me dejó sin palabras. No tenía nombre, ni lo necesitaba. Tampoco ideales, pero en el mundo en el que se movía algo como tener ideales no era más que una curiosa anécdota, un leve defecto fácilmente pulible.

    El caso es que, con todo eso, y a pesar de su tambaleante andar, tenía algo…Sonaba “I got dreams to remember” de Otis Redding en la vieja radio que tenia Joe en una esquina de su bar. Sentada en una mesa al fondo del bar la daba vueltas a su martini con la mirada perdida en no se donde.

    Fue entonces cuando me acerque a ella por primera vez, mi corazón latía pasado de revoluciones, parecía que iba a estallar de un momento a otro. Me senté junto a ella y… mirando al vacío, sonrió y me preguntó porque había tardado tanto.

-¿Por qué no tienes nombre?, pregunté. –¿Quien te a dicho que no lo tenga?,respondió ella.
-¿Me lo dirías?
-Solo si me das algo a cambio…

    Desde ese día, su nombre no se me borró de la cabeza… y camino algo mas ligero ahora que ella se llevó parte de mis ideales, y algunos de mis sueños.

   Esta noche llueve en la calle…