sábado, 5 de abril de 2014

Uno de cien

Inspirada en la canción de Rafa Toro con el mismo titulo


     Tenía un nombre raro, imposible de pronunciar a la primera sin equivocarse, ojos del color del cielo  y una sonrisa que paraba todos los relojes. Era la chica más guapa de toda la cuidad y yo, el más feliz a su lado.

      Por cada día bueno con ella venían diez malos, tenía mucho genio y era chica de pocas palabras. Decía ser fuerte, implacable, sin embargo era una de las personas con más miedo que conocí, aunque yo sabía como lidiar con ello, como hacer como que no me daba cuenta.

     Se fue y no me dejo ni sabor a ceniza en la boca, se fue y nunca me importó. Y no es por que no la quisiera, la quería con locura. Ella sin embargo, nunca me quiso, ambos lo sabíamos, ambos éramos felices con ello. Nos engañábamos jugando roles que encajaran mejor con aquella situación ficticia.

     El caso es que se fue, en busca de libertad, dejando la ciudad igual de fría y gris que había sido siempre. Se fue llevándose con ella toda la paleta de colores. Hoy llueve, o eso parece por el murmullo que se escucha en la calle fuera desde el bar. Hoy se fue y yo, mientras tanto, apuro la copa en el lado oscuro del bar.