
Fue entonces cuando me acerque a ella por primera vez, mi corazón latía pasado de revoluciones, parecía que iba a estallar de un momento a otro. Me senté junto a ella y… mirando al vacío, sonrió y me preguntó porque había tardado tanto.
-¿Por qué no tienes nombre?, pregunté. –¿Quien te a dicho que no lo tenga?,respondió ella.
-¿Me lo dirías?
-Solo si me das algo a cambio…
Desde ese día, su nombre no se me borró de la cabeza… y camino algo mas ligero ahora que ella se llevó parte de mis ideales, y algunos de mis sueños.
Esta noche llueve en la calle…
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