domingo, 2 de marzo de 2014

Tanques Rusos

    Advertido de que incluso en casa uno a veces se siente sólo. Tanques rusos invadiendo la plaza ocupan la primera plana del orden del día en un mundo que parece más y más loco por momentos. Destellos rojos de luz sobre el agua que salpica la ventana y el humo de un cigarro que asciende lento, bailando sin ningún tipo de prisa, sin ningún tipo de orden sobre cuidad cubierta de niebla, dejando ver,aún menos, lo poco que se puede intuir de ella, de su extraña gente.

    Afinar las cuerdas con decisión y seguir adelante, concepto tan valido a la hora de preparar el instrumento como a la hora de continuar con la tarde. El mundo se mueve por dinero, por  el interés de gente que jamás te pondrá cara, y nos molestamos, curioso cuando las personas siguen principios calcados. 

    Afinados buscamos en el repertorio algo de principios, algo de color. Aún así es difícil trabajar con una paleta monocromática. Nos faltan ganas de creer en lo que pensamos, nos falta valor. 

    Comienza el baile y no me preocupan ni tanques invadiendo ninguna capital europea, ni el sufrimiento de gente anónima a las que no acertaría a ponerles cara. Comienza el baile y lo importante es bailar, ni la música,ni las ganas, ni incluso el orden, al igual que el humo que se escapa de mi cigarro. Lo importante es seguir bailando.




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